jueves, 21 de mayo de 2009

¡Los descubrí!

Ya está, muchachos, pueden sacarse las caretas y volver a sus viejas vidas de actores cósmicos. Los desenmascaré. Descubrí la mentira, la escenificación, la falsa realidad de un mundo que no era. La superproducción que habían montado por fin tuvo una falla evidentísima. Pisaron la ramita, cayeron en su propia trampa, tuvieron una dosis de vuestra propia medicina. Incluso pretendieron engañarme (o engañarnos, todavía no descubro la extensión de la trama) con películas como The Truman Show, para que pensara que "es sólo una película" y "qué buen argumento" y "obvio que nadie haría eso en la vida real". ¡Pero los deschavé! La vida real en la que vi esa película no es sino otra película que no es sino la realidad, sólo que con forma de película. O con forma del argumento de una película. En realidad tengo que admitir que no vi la película porque no me la lee el DVD, pero sé de qué se trata.
Los rápidos sucesos que me llevaron a la revelación se dieron el otro día, cuando caminaba por los pasillos de la facultad. Tenía uno de esos días que se está iluminado y radiante sagacidad. Estaba llegando al final de un corredor paralelo a la calle Uriburu, justo donde dobla para convertirse en el corredor paralelo a Paraguay, y ahí, parado en el codo del pasillo y sin hacer nada, había un tipo con una bandeja tristísima que tenía una taza y algo más, que ni me fijé qué era. Cuando seguí avanzando y llegué a unos pasos de donde estaba él, empezó a caminar en dirección opuesta a la mía, como si se hubiese dado cuenta de que eso tenía que hacer. "Como un actor esperando su entrada" pensé y seguí caminando sin darle mayor importancia.
Todo el mundo tiene sus secretitos en la vida, tips que no comparte con todo el mundo para sentirse un poquito más exclusivo. Uno de los míos es no ir en horarios pico a los baños de lo que sería la Facultad de Medicina propiamente dicha, sino bajar al subsuelo donde se cursan las Carreras Conexas, que siempre hay mucha menos gente y uno casi que tiene su lugar garantizado. El problema esta vez fue que mis cálculos fallaron, y era lo que se puede llamar una "hora pico en el subsuelo", donde hay unas veinte personas en los pasillos. El baño estaba lleno y no quería hacer cola, así que seguí de largo.
Se ve que ni los productores se lo esperaban, y no se dieron cuenta del error que cometían cuando mandaron al mismo tipo de la bandeja de antes para que bajara las escaleras en el momento en que yo las volvía a subir, ¡pero con una lata de pintura y un pincel en la mano! Increíble, completamente inaudito. Se les deschavó el asunto. Estaban usando al mismo tipo de extra con distintas tareas en dos escenas seguidas. Menos evidente hubiese sido si, no sé, se les asomaba el micrófono por algún lado, o si descubría alguna cámara oculta, porque podía pensar que "estarían filmando algo", qué sé yo. Pero no, con este error de su parte los expuse completamente. ¡Ajá!
Las interrogantes que quedan, entonces, son algunas como: ¿Soy el único, o hay otra gente que no sabe que está en la misma película? ¿Cuántas de las personas que se ven en la calle son extras? Este mismo tipo, ¿es un extra en la vida de otros? O podría ser un actor principal en la vida de su familia, por ejemplo; tal vez ni sabe que lo es. ¿Dónde están las cámaras? Y che, decime, ¿cuándo sale esto al aire? ¿En qué canal? ¿Me mandás una copia? ¿Es un documental, o...? Ah, ah, lo nuevo de Tinelli. Uy. Bueno, copado, supongo. Chau, che, manteneme al tanto.

Hablando de artistas, los dejo con uno de mis nuevos señores favoritos, Clark Terry, mumbleseando en el programa Legends of Jazz.


"Mumbles"
Clark Terry (trompeta y voz)

3 comentarios:

Malena dijo...

¿Viste esas veces en que vas en hora pico a tomarte el colectivo y mágicamente conseguís asiento? ¿O cuando te morís de ganas de ver un espectçaculo cualquiera que se te entoja genial y descubris con tristeza que fue re poca gente a verlo?

Es que los extras estamos de paro.

Es que, después de todo, el programa es argentino.

Chil dijo...

Sos un fucking paranoico...

Nico dijo...

Que no decaiga!