sábado, 27 de febrero de 2010

Si matás a alguien, tal vez te hacen una canción y todo

Los asesinatos y sus protagonistas, tan retratados en la literatura universal, son todo menos un tema tabú en la música popular. Se los ve tratados en infinidad de estilos musicales y en distintas regiones del mundo. Por mencionar unos pocos y que todo el mundo debe conocer, podríamos tener a Mack the knife, originalmente una canción en una obra de teatro alemana, traducida al inglés y convertida en standard de jazz por Louis Armstrong, y popularizada aún más por este otro tipo que no me acuerdo cómo se llama, o también Maxwell's Silver Hammer de los Beatles dentro del rock británico. En el Río de la Plata tenemos tangos como Dicen que dicen*, en la que el propio asesino cuenta y hace confidente de su historia al que la oye, o la Milonga de Gauna, de Jaime Roos, homenaje al guapo ficticio creado por Adolfo Bioy Casares. El crimen muchas veces es un tema retratado con cierta ironía o humor, y no se descarta que las canciones puedan tener melodías francamente alegres —o, por supuesto, claramente oscuras.

De entre todos los que se puedan nombrar, hay un tema que se destaca por su notable historia musical de constantes interpretaciones y reinterpretaciones a lo largo de más de un siglo. En la cultura norteamericana, "Stagger" Lee Shelton, un taxista y chulo que vivió en el siglo XIX, quedó inmortalizado en esta canción como arquetipo del tipo rudo y frío que se sabe fuera de la ley y al que todo el mundo le teme. Un auténtico badass, como alguna vez leí que le decían. En vísperas de la navidad de 1895, Lee Shelton mató de un tiro en el abdomen a William Lyons (o Billy De Lions, como se lo llamaría a veces). Ambos eran amigos y jugadores frecuentes, y la historia dice que esa noche Lyons le sacó el sombrero a Shelton de la cabeza y se lo puso él (las distintas versiones también dicen que Lee lo perdió en una apuesta). Este último, irritado y viendo que Lyons no se lo iba a devolver, le disparó en el abdomen y, mientras su amigo agonizaba en el suelo, le sacó el sombrero y se fue caminando tranquilo. Cuando finalmente lo detuvieron, Lee Shelton fue ejecutado en la horca.

Stagger Lee se convirtió en una canción popular en el folclore del blues, y una de las versiones más viejas de las que se tiene registro la grabó Mississippi John Hurt en 1928. Es ésta:



Esta versión se centra en cuatro puntos de la historia: primero, la aparente inhabilidad de la policía para capturarlo, luego el pedido de piedad de Billy Lyons ("Please don't take my life, I got two baby children and a darling loving wife"), la crueldad de Stagg al contestarle que no le importa su familia y que se lo merecía por robarle el sombrero, y finalmente la muerte del asesino y el alivio del pueblo.

Más tarde se popularizó una nueva versión del tema, más larga y con una melodía y letra ligeramente distintas. Fue la que grabaron artistas como Neil Diamond, Lloyd Price o, en este caso, Wilbert Harrison:



En esta versión el narrador es alguien del pueblo, cuyo bulldog le ladra a los dos hombres que estaban hablando en la oscuridad. Ahora se centra más bien en el momento del asesinato, apareciendo nuevamente el pedido de piedad de Billy ("Oh please, don't you take my life", pero esta vez tiene tres hijos y la esposa está enferma). Ahora se muestra cómo Stagger Lee va a buscar el revólver .44 a su casa y vuelve al bar para matar a su amigo. No se menciona ni a la policía ni la muerte de Shelton.

La cosa se pone divertida cuando más adelante aparece una versión groseramente más inocente cantada por el propio Lloyd Price en 1959, que llega a niveles de popularidad mucho más altos que las versiones anteriores, ya que es presentada ante la audencia del programa American Bandstand de Dick Clark. Este último fue el que impulsó el cambio en la letra, diciendo que la original era demasiado morbosa para su público.



Esta vez la melodía y la forma en general se mantienen, pero la pelea es porque Stagger Lee le prestó plata a Billy Lyons y éste, además, le robó a la novia. En lugar de haber un revólver de por medio, Stagg se enoja y dice que no le quiere hablar nunca más a su amigo. El tema se resuelve cuando, en lugar de morir, Billy se da cuenta que hizo mal y le devuelve la plata y la novia a Lee, que lo perdona y todos son felices de nuevo. (¡Convirtieron a Billy en el malo, che!)

Hoy día rondan otras versiones más oscuras en las que se le atribuyen más asesinatos y se concentran en la crueldad e inmisericordia de este muchacho, ahora mencionado como Stack-O-Lee, que fonéticamente suena básicamente igual. Son muy parecidas, o tienen elementos muy en común, las versiones de RL Burnside (que asumo será la original de esta nueva tanda), Nick Cave (de un aire muchísimo más oscuro y la cual, digámoslo así, tiene un tinte más sexual hacia el final), y una sorprendentemente buena versión por Samuel L. Jackson para la película Black Snake Moan**:



Esta es la única versión de la que tengo registro en la que el asesino está hablando en primera persona. Es básicamente la misma estructura que en la de Burnside y Cave, en la que aparecen elementos como caminar por el barro para llegar a la taberna llamada Bucket of Blood, de matar a tiros al cantinero con su .44 y más tarde a Billy Lyons. Además, es la única versión en la que no se menciona el nombre de Stagger Lee y se da a entender de quién es el que está hablando por la referencia a Billy Lyons.

Hay otra versión por Grateful Dead en la que dicen que como los oficiales le tenían miedo, la viuda Lyons fue y le disparó en las bolas para que después lo ahorcaran. Y llegamos a mi versión favorita, por Pacific Gas & Electric, que es parte de la banda de sonido de Death Proof, de Quentin Tarantino:



En esta versión se conjugan muy bien elementos que aparecen en todas las demás, junto con otros nuevos. Están el bulldog del narrador, que ladra al oir la pelea de los amigos —ahora llamados Staggolee y Billy DeLyon; se mencionan también el barro por el que camina el asesino, su acusación de haberle sacado todo el dinero y el sombrero, el pedido de piedad de Billy (nuevamente los tres hijos y la esposa) y, de nuevo, que a Stagg no le importaran ninguno de ellos. Se vuelve a hacer referencia al miedo de la policía (excepto el sheriff ahora) de ir a buscar al asesino o del alivio de todos al morir éste, y aparecen partes más divertidas como que el verdugo se asusta al ver que no se rompía el cuello de Staggolee. Finalmente, una vez muerto amenaza al mismísimo Diablo con su revólver .41 y se proclama el nuevo amo del Infierno.

La lista de los artistas que interpretaron este tema es francamente interminable (si no me creen, busquenlá, que yo la acabo de ver). Me encantaría ver que con alguna otra canción se hubiese hecho algo por el estilo. Claramente, algunas se prestan mejor que otras; no podría imaginarme algo así con Blackbird o Dale alegría a mi corazón. ¡Por favor!

*Agradezco a Nico, que me tapó el bache en mi conocimiento de tango
**Pongo esta versión sin imágenes de la película, porque esas tenían los fucks y motherfuckers censurados, y no es tan divertido.

2 comentarios:

Malena dijo...

Maravilloso.

Nico dijo...

Una misma historia que recibe tal cantidad de versiones diversas, que nos parece dudoso que se trate siempre de la misma historia. O una multiplicidad de historias tan semejantes entre sí, que nos parece dudoso que se trate de una multiplicidad de historias. O qué sé yo.
(Como se puede apreciar, es algo bueno que en estos tiempos no esté pretendiendo postear en mi bloc.)