jueves, 20 de noviembre de 2008

Una dosis de su propia medicina

Los barbitúricos son drogas que se usan hace más de un siglo como anestésicos por su capacidad de deprimir el sistema nervioso (porque dejan entrar cloro a las neuronas, y otras boludeces). El primero en sintetizar el ácido barbitúrico fue Adolf von Baeyer* a mediados del siglo XIX. Como no podían lograr que fuese químicamente activo (el tipo lo único que hizo fue sintetizar el ácido), se empezaron las investigaciones para conseguir algún derivado con algún tipo de efecto.
Fue en 1903 que dos científicos que trabajaban para la Baeyer, Emil Fischer y Joseph von Mering, dieron con la fórmula del barbital, que se probó sumamente efectivo para dormir perros. Los dos científicos murieron, al parecer, por una sobredosis de barbital. Ambos se habían vuelto adictos a su creación, pero no sabían que el cuerpo no generaba tolerancia a la misma después de un tiempo, como sí pasa con otras drogas. ¡Irónico destino!

*Sí, el de la marca

1 comentario:

Maho dijo...

Jojo, sisi, eso no sorprende. De hecho, otra anecdotilla similar incluye a tu gran amigo Freud. Resulta que descubrió que la cocaína podía ser usada como anestesia, se lo mostró a un amigo y el susodicho terminó muriendo de sobredosis, dejando a Sigmund más bajoneado y culposo que la mierda. Jojo!