martes, 19 de agosto de 2008

No sos vos, soy yo (y él es él)

Quizás en un plan Divino de armado de fichero, o quizás por las simples reglas del azar y la variabilidad vemos en la naturaleza que ningún individuo es exactamente igual a otro. Es de lo más evidente cuando comparamos individuos de diferentes especies: ¡Atrévanse a decirme que un pato se parece a un elefante! (no van a pasar muchos posts hasta que yo mismo diga lo parecidos que realmente son, pero ahora lo digo en pos de lo más obvio). Tal vez ya no lo es tanto cuando son de la misma especie, pero aún entonces todos podemos afirmar con mayor o menor grado de certeza que los individuos nunca son exactamente iguales. Incluso cuando se trata de gemelos idénticos —yo no sé si el lector alguna vez estuvo en contacto con unos o no— siempre existe algún grado de diferenciación que puede ser tanto a nivel físico como psicológico.
Para apoyar mis palabras no necesito hablar de las huellas dactilares/digitales (que son un invento argentino*, como el dulce de leche y las alpargatas) porque ya todos las conocen y saben que son un infalible método de diferenciación. Lo que no muchos saben es que existen unas "huellas digitales de ADN" (que, claro está, no son digitales, pero le pusieron así porque son como las digitales pero de ADN, vistes). En los cromosomas de los individuos existen secuencias de nucleótidos repetidas que —se cree— no codifican para nada. La cantidad de estas secuencias es lo que varía entre uno y su semejante, habiendo posibilidades realmente bajas de que existan dos individuos con la misma cantidad de éstos. Claro está, la excepción a la regla se ve en los casos de parentesco porque como se hereda un cromosoma de cada padre, se sobreentiende que las secuencias que tiene se corresponderán mitad con las del padre y mitad con las de la madre.
Para estudiar el ADN de una persona se pueden utilizar distintas técnicas que no vienen ni un poquito al caso, pero hay una que ahora nos compete y que se llama "Southern blotting" (Southern es el apellido del que la creó, pero después se creó una técnica similar para ARN y otra para proteinas que se llamaron "northern" y "western"; los bioquímicos cuando quieren pueden ser simpáticos**) que consiste en cortar al ADN de la muestra en varios pedacitos y separarlos por su tamaño en un gel con una técnica que se llama electroforesis (que es como ponerlos enfrente de un imán, esperando que los más chicos se muevan más rápido que los más grandes), y de esa manera obtener un patrón propio para el individuo.
Esta es una técnica que cada vez se usa más en la práctica forense para identificar personas aun cuando no se tiene una huella clara (pero sí se tiene alguna otra muestra, como sangre) de una forma bastante precisa. Son como pequeñas cositas que nos puso Dios cuando éramos un repollo galáctico en la fábrica de cigüeñas para ver si alguna vez nos dábamos cuenta.
Si alguno vio alguna vez CSI, seguramente notó que todo el tiempo están con unos papelitos que son algo así***:



¡Ahora pueden decir "¡mirá, mirá, eso es un southern blot!" la próxima vez que vean CSI con alguien y quedar como unos ganadores de la vida!

*Vucetich, el ideador del sistema, en realidad nació hace un siglo y medio en lo que ahora es Croacia y después vino para acá; y en realidad basó su trabajo en lo que Francis Galton, que era británico y primo de Darwin, había dejado inconcluso. Pero bueno, la investigación fue impulsada y llevada a cabo acá. Que no se me vengan a hacer los vivos porque se pudre todo.
**En inglés: southern = del sur; northern = del norte; western = del oeste)
***La foto es un robo a mano armada de la primera que encontré en Google, que conste.

1 comentario:

Agus-tincho dijo...

1) odie genetica
2) excelente CSI,lastima que lo sacaron de sony.
3) jaja, ¿repollo galactico!?

un abrazo!! nos vemos!
Tincho.